Summary: | Alonso Quijano tenía dos modelos de identificación: el caballero, a lo largo de toda la novela y el pastor, en ciertos tramos de ella, y al final de esta. Cervantes admiraba la novela pastoril, prometió hasta el final una segunda parte de La Galatea. Por su parte el Quijote está plagado de pequeñas historias de amores, desamores y enredos de tipo pastoril. El mito de lo pastoril por lo tanto configura la obra cervantina. Lo pastoril quijotesco y cervantino ha sido objeto de una recepción muy diversa en el pensamiento español del siglo XX. Mientras que la valoración de Menéndez Pelayo se acerca al denuesto, la de Américo Castro es muy positiva, siendo más neutral la de Unamuno u Ortega.
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