Las necesidades de defensa y la reconstrucción urbanística de Pamplona en el siglo XVI El caso de los monasterios de la ciudad

• Main Author: María Itziar Zabalza Aldave
• Format: Article
• Language: English
• Published: Univesidad Pública de Navarra / Nafarroako Unibertsitate Publikoa 1997-04-01
• Series: Huarte de San Juan. Geografía e Historia
• Subjects: Pamplona; urbanismo; monasterios; defensa
• Online Access: http://revista-hsj-historia.unavarra.es/article/view/3521

Para la aplicación de una mejor estrategia defensiva en la ciudad, tras la ocupación castellana en 1512 , las autoridades ponen todo su empeño en reforzar y en su caso modificar los puntos que se consideraban más vulnerables, para lo cual ordenaron el derrumbamiento del monasterio de los Mercedarios, (Santa Eulalia), de los Franciscanos, (San Francisco) y de los Dominicos, (Santiago), a parte de otras propiedades particulares que también se vieron afectadas por la medida. El inicio de la construcción de la nueva fortaleza de Pamplona trae consigo una reestructuración del espacio urbano que afecta sobre todo a las zonas colindantes, poco a poco la ciudad va adquiriendo un nuevo aspecto. Formándose plazas y calles de nueva traza, habilitándose terrenos prácticamente desocupados hasta ese momento, contribuyendo a aunar de manera progresiva los tres antiguos Burgos que formaban Pamplona. En el interior del nuevo recinto amurallado se siguen realizando obras de acondicionamiento, en zonas pertenecientes a los antiguos Burgos, en el de San Cernin se trabaja en el realojo de los franciscanos, ocupando los terrenos de la Cámara d e Comptos; el de Santa Eulalia se sitúa en el solar de la antigua Judería; en terrenos considerados de nadie se situó el de Santiago, detrás de la actual Casa Consistorial . En la mayoría de los casos fue necesario modificar el entorno más inmediato de las propiedades otorgadas para la reedificación, dado que conforme iban avanzando las obras se hacía patente la necesidad de ampliar el espacio, para construir conventos adecuados que reunieran las condiciones apropiadas para el buen desarrollo de la vida monástica. Además se erigieron nuevas casas, se rehabilitaron otras ya existentes, podemos decir que hubo una gran actividad constructora en la ciudad desde el segundo cuarto del s. XVI, esas nuevas construcciones y modificaciones llevan el sello inconfundible del estilo artístico y las modas arquitectónicas imperantes en el momento. En 1571 se inició la mayor empresa de la época, la construcción de la ciudadela, que marca otra etapa en el desarrollo urbanístico de la ciudad.