Las insurgencias no tienen un plan —ellas son el plan: performativos políticos y mediadores evanescentes

El 2011 resultó ser un año extraordinario. La convergencia de insurgencias en torno a tiempos y geografía le imprimió un tono político a las estaciones. Los comentaristas hablaban de la primavera árabe, el verano europeo y el otoño estadounidense. La revista TIME incluso designó al manifestante com...

Full description

Bibliographic Details
Main Author: Benjamin Arditi
Format: Article
Language:Portuguese
Published: Fundação Joaquim Nabuco 2014-07-01
Series:Cadernos de Estudos Sociais
Subjects:
Online Access:https://fundaj.emnuvens.com.br/CAD/article/view/62
Description
Summary:El 2011 resultó ser un año extraordinario. La convergencia de insurgencias en torno a tiempos y geografía le imprimió un tono político a las estaciones. Los comentaristas hablaban de la primavera árabe, el verano europeo y el otoño estadounidense. La revista TIME incluso designó al manifestante como su personaje del año. Posteriormente surgieron revueltas similares en México, Turquía y Brasil. Algunos cuestionaron su falta de planes y propuestas. Esta crítica es injusta pues confunde la disrupción de lo dado con la tarea de reconfigurarlo. Las insurgencias no son prácticas políticas cotidianas o ejercicios de elaboración de políticas públicas. Son actos colectivos en los que la gente dice “basta!” y se niega a continuar como antes. Son operadores de la diferencia: las insurgencias son el plan en el sentido de que el medio es el mensaje. Abren posibilidades que pueden o no materializarse pero nos ayudan a vislumbrar algo diferente por venir, son performativos políticos —los participantes comienzan a experimentar aquello por lo cual luchan— y funcionan como mediadores evanescentes o portales que comunican al mundo existente con uno posible. Discuto estos puntos en relación con el remanente material de dos insurgencias, la primavera árabe y las movilizaciones estudiantiles en Chile.
ISSN:0102-4248
2595-4091