Summary: | Pierre Zaoui
«Abrid un día suavemente la puerta de la habitación de vuestros hijos. Los encontráis en el fondo de la pieza, jugando por una vez sin tropeles entre ellos, lejos del sostén y del juicio de los adultos, quizás libres, tal vez alienados, qué importa. Si no tenéis hijos, tratad de sorprender a vuestro amante o a vuestra amante cuando se está durmiendo, es un poco lo mismo. Pues, en los dos casos, qué goce profundo. Ellos no se dan cuenta de tu presencia, no se sienten observados, gozan consigo mismos, dedicados enteramente a la inmanencia de su juego o de su sueño. Si de repente lo aperciben, entonces todo está perdido, pues todo regresará en un periquete en el circo ordinario de la vanidad de los egos, de la rivalidad de las miradas, de la dialéctica mediocre del reconocimiento o de la seducción. Pero mientras no pase esto, algo extraordinario se gana: un momento de amor sin recompensa, no necesariamente muy intenso, pero de una serenidad incomparable.»
|