Summary: | Introducción: Las prácticas alimentarias son fuertemente influenciadas por mitos, que es
un conjunto de ideas creadas por la imaginación que no tienen realidad concreta, y por
creencias, que son proposiciones conscientes o inconscientes que las personas hacen o
dicen en relación con los alimentos que se forman a partir de ideas, experiencias y
emociones. Objetivo general: Explorar los mitos y creencias alimentarias de madres que
asisten a la Asociación Taller de los Niños, San Juan de Lurigancho – Lima. Diseño:
Estudio cualitativo, diseño etnográfico. Lugar: Asociación Taller de los Niños, distrito San
Juan de Lurigancho, Lima. Participantes: 81 madres de familia, entre ellas 25
adolescentes (<20 años), 33 adultas (20-34 años) y 23 añosas (>35 años), quienes a su
vez tenían un(a) hijo(a) con diagnóstico antropométrico normal, o en riesgo de
desnutrición, o con sobrepeso u obesidad. Intervenciones: Previo muestreo intencional,
consentimiento informado y piloto, se efectuaron 10 grupos focales de 4 a 6 personas
cada uno y 32 entrevistas a profundidad. Principales medidas de resultados:
Percepciones de aceptación y/o rechazo al planteo de mitos y creencias más comunes
acerca de los alimentos. Resultados: Las madres manifestaron tener mitos relacionados
a la reducción del peso corporal como dejar de comer alguna comida principal y pan,
sobre todo la miga o consumir limón por que quema la grasa corporal. Entre los mitos
relacionados al huevo, consideraron que la yema seria dañina porque eleva el colesterol;
pero algunas recomendaron su consumo una o tres veces al día especialmente para los
niños. Los caldos de cabeza y patitas ayudarían a la inteligencia además de ser nutritivos
porque tienen fósforo, grasas omegas 3 ó 6, además de ser buenas para el estómago y
huesos. Entre las creencias sobre la lactancia materna, estaban que el calostro era
nutritivo, beneficioso para el bebé pero perjudicial para ellas porque su formación induciría
a alguna enfermedad futura. Entre las creencias acerca de la producción de leche
materna, estaban que dependía de la ingesta de líquidos, en especial del agua;
recalcaron que la suspensión de la lactancia materna debiera ser si la madre renegaba
porque dañaba físicamente o emocionalmente al bebé. Acerca de la anemia, manifestaron
que era muy conveniente el consumo de vísceras (hígado y bazo), la sangre de pollo
debería ser consumida fresca, incluso combinada. Para tratar diversas enfermedades,
estaban una diversidad de alimentos y hierbas; para los problemas gastrointestinales
estaba la papaya, que “limpiaba”, las frutas tenían un efecto “refrescante” para el
estómago; mencionaron una variedad de dietas para bajar de peso que incluían
principalmente frutas y verduras o la combinación de ambas. Conclusiones: La mayoría
de los mitos planteados relacionados al peso corporal, y al valor nutritivo del huevo fueron
aceptados por las madres pero los relacionados con la suspensión de alguna de las
comidas principales y el efecto de engorde del agua fueron rechazados. Las creencias
alimentarias que tenían la mayoría de las madres no favorecerían la lactancia materna
exclusiva, la disminución de anemia, ni una correcta elección de varios alimentos, lo que
evidenciaría una alimentación poco saludable.
Palabras claves: Mitos alimentarios, creencias alimentarias, madres de familia.
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